20 mayo, 2012

Capítulo 2

Mi torrente de recuerdos se detiene al ver salir a un hombre de una de las habitaciones (espero que lo sean, no quiero considerar la otra posibilidad). Sin darme cuenta, he ido resbalando por la pared hasta quedarme sentada en el suelo, por lo que me siento muy vulnerable...
No es un avox, ni un agente de la paz, y ni siquiera tiene pinta de ser un soldado rebelde. Si lo es, no se parece en nada a los que nos mostraban por la televisión, no tiene ropas hechas jirones, ni heridas visibles, ni tiene cara de psicópata. En realidad, parece bastante normal, vestido con pantalones negros, una camisa blanca, y un pelo corto color caoba.
-Vaya, la princesa ya se ha despertado-suelta, ayudándome a levantarme.-. Llevas durmiendo un día entero.
No quiero decir nada, aunque mis labios  actúan con voluntad propia...
-¿Dónde estoy? ¿Quién eres? ¿Qué hago aquí?
Riéndose, consigue decir:
-Tranquila, que ya habrá tiempo para explicártelo. Ahora, volvamos a tu habitación para poder hablar con tranquilidad. por cierto, me llamo Taurus.
Me dirige hasta llegar a la puerta por la que he salido, y me hace sentarme en la cama. 
-Veamos, Spizer, ¿cuántos años tienes?
-Dieciséis
-Ajá, entonces, ¿cuántas veces habrías ido a la cosecha?
-Ninguna, vivo en el Capitolio.
-Pero, si no fueses del Capitolio...
Una terrible duda asalta mi cerebro. No puede ser. No. Esto. No. Puede. Estar. Pasando.
-¿Qué quieres decir?
-Spizer...
-No.
-Spizer...has sido elegida para ir a los Juegos del Hambre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué te parece?